“Un pastor con olor a oveja que transformó el papado”

«Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, que una Iglesia enferma por encerrarse y aferrarse a sus propias seguridades.»
(Evangelii Gaudium, 49)

Por Alberto Martínez (*)

SEMBLANZA DEL PONTIFICADO DE FRANCISCO (2013–2025)

El hombre que vino del fin del mundo

Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina. Fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013, convirtiéndose en el primer pontífice americano, el primer jesuita y el primero en tomar el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís. Esa elección no fue solo un símbolo: representó una bisagra histórica en el liderazgo de la Iglesia Católica.

Desde el balcón de San Pedro, en sus primeras palabras, dejó claro que no era un príncipe de la Iglesia, sino un servidor: Recen por mí”, pidió humildemente al pueblo. Y ese gesto anticipó un papado marcado por la cercanía, la sencillez y una profunda opción por los pobres.

Un pontificado reformista y pastoral

1. La Iglesia en salida

Francisco promovió una “Iglesia en salida”, más preocupada por estar en las periferias existenciales que encerrada en sí misma. Insistió en que la Iglesia debe ser un hospital de campaña después de la batalla, no una institución que juzga desde lo alto.

2. Misericordia antes que norma

Con una fuerte impronta pastoral, priorizó la misericordia frente a la rigidez normativa. En Amoris Laetitia abrió un camino de discernimiento para los divorciados vueltos a casar. En Evangelii Gaudium, convocó a una profunda conversión misionera de toda la estructura eclesial.

3. Reforma de la Curia

Impulsó una ambiciosa pero compleja reforma de la Curia Romana. Aunque resistida por sectores conservadores, logró avances significativos con la creación del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y la reorganización de los organismos económicos para transparentar las finanzas del Vaticano.

4. Compromiso con el medioambiente y la justicia social

En 2015 publicó Laudato Si’, una encíclica revolucionaria sobre el cuidado de la “casa común”, que puso al Papa al frente de la agenda ecológica mundial. En Fratelli Tutti (2020), retomó la fraternidad universal como eje político, social y espiritual ante un mundo fragmentado.

5. Diálogo interreligioso y geopolítica del encuentro

Se encontró con líderes del islam, del judaísmo y del budismo, siempre bajo una lógica de diálogo. Histórico fue su abrazo con el Gran Imán de Al-Azhar y su viaje a Irak, país devastado por la guerra, donde pidió el fin de toda violencia en nombre de Dios.

Una figura incómoda para el poder, esperanzadora para los pueblos

Francisco no se calló frente a las injusticias. Denunció el capitalismo salvaje, los muros que dividen pueblos, la trata de personas, la indiferencia global ante los migrantes. Fue un líder moral para millones, y una espina para sectores conservadores dentro y fuera de la Iglesia.

No fueron pocos los que intentaron acallarlo, desacreditarlo o hacerle sombra desde dentro del Vaticano. Pero él continuó su camino con tenacidad jesuita y ternura franciscana.

Legado

Francisco dejó una marca indeleble: reconectó a la Iglesia con su raíz evangélica, abriendo puertas que estaban cerradas. Fue un Papa que habló con hechos, vivió con austeridad, optó por lo simple, abrazó a los descartados y se enfrentó a los poderosos.

Su pontificado fue una parábola viviente del Buen Samaritano.

¡Quién quiera oír que oiga! 

(*) Periodista. Licenciado en Seguridad Pública. Especialista en seguridad y derechos laborales de los trabajadores policiales y penitenciarios.

Facebook: Temática Seguridad

Llinkedin: Martínez Alberto Rubén