Efectivos de la Policía Bonaerense y sus familiares se manifestaron en Puente 12, La Matanza, en rechazo al 9% de aumento otorgado por el gobierno de Axel Kicillof, considerándolo insuficiente ante la crisis económica y la creciente inseguridad. Exigen un aumento del 100%, mejoras en las condiciones laborales y el cese de represalias contra quienes reclaman. Advierten con acuartelarse si no hay respuestas, lo que genera preocupación en el gobierno.
El descontento dentro de la Policía Bonaerense no es nuevo, pero en esta ocasión, los reclamos fueron presentados con exigencias concretas y una advertencia clara: si no hay respuesta, podría haber medidas de fuerza más drásticas.
Durante la protesta en Puente 12, La Matanza, los efectivos policiales denunciaron que el aumento del 9% otorgado por el gobierno provincial es insuficiente y no responde a la realidad económica del país. En su lugar, exigen un incremento del 100% y una serie de mejoras en las condiciones laborales.
📌 Las demandas principales incluyen:
✔ Sueldo inicial de $1.600.000 para los agentes recién egresados.
✔ Aumento de las horas extras (Cores).
✔ Retiro con el 100% del salario y con 25 años de servicio.
✔ Provisión de dos juegos completos de uniformes por año.
✔ Creación de planes de vivienda y acceso a préstamos con tasas accesibles.
✔ Libre elección de obra social y asistencia psicológica gratuita.
✔ Reincorporación de agentes sancionados en protestas anteriores.
Actualmente, los efectivos afirman que su sueldo básico es de 512 dólares, equivalentes a unos $600.000 al tipo de cambio actual, cifra que consideran insuficiente para sostener una familia en el contexto inflacionario actual.
Hostigamiento y tensión en la protesta
Si bien la jornada se desarrolló sin incidentes ni cortes de tránsito, los manifestantes denunciaron actos de hostigamiento por parte de sus superiores. Según relataron, un helicóptero de la fuerza demoró su partida de manera deliberada, generando fuertes ráfagas de viento que volaron carteles y una carpa instalada por los manifestantes.
Además, durante la movilización se produjo un episodio llamativo: Mateos Pérez Esquivel, nieto del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, fue identificado por los manifestantes como un infiltrado de la SIDE (Servicio de Inteligencia del Estado) y expulsado de la protesta por los propios policías y sus familiares.
El hecho generó un clima de mayor desconfianza y dejó en evidencia la tensión existente entre el gobierno y la fuerza policial, que sospecha de intentos de espionaje y persecución contra quienes se organizan para reclamar mejores condiciones laborales.
El temor a un acuartelamiento
En el comunicado difundido tras la manifestación, los efectivos calificaron sus reclamos como “necesidades urgentes y legítimas” y advirtieron que, en caso de no recibir respuestas concretas, podrían pasar a medidas de fuerza más drásticas, como un acuartelamiento.
Esta posibilidad encendió las alarmas en el Ministerio de Seguridad provincial, dado que un acuartelamiento masivo de la Policía Bonaerense podría generar una crisis de seguridad sin precedentes en la provincia más grande del país.
Hasta el momento, el gobierno de Axel Kicillof no ha emitido declaraciones oficiales sobre la protesta ni ha dado señales de negociar con los efectivos. Sin embargo, el creciente malestar dentro de la fuerza pone en jaque la gobernabilidad y la seguridad en la provincia.
La protesta de la Policía Bonaerense expone el profundo malestar que atraviesa la fuerza y la falta de respuestas del gobierno. Los bajos salarios, la inflación y el deterioro de las condiciones laborales han llevado la situación al límite, con la posibilidad de un acuartelamiento en el horizonte. El gobierno de Axel Kicillof deberá decidir si negocia o ignora el reclamo, asumiendo el riesgo de una crisis de seguridad en la provincia más poblada del país.
FA24
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