MISIONES: Un detenido por el asesinato del Cabo Miñarro y graves denuncias de la familia

La policía detuvo a un sospechoso en relación con el asesinato del cabo Leonardo Mauricio Miñarro, quien fue encontrado sin vida en el predio del Aeroclub de Eldorado.

La detención ocurrió en el barrio Elena III, por orden de la jueza María Laura Rodríguez, responsable del Juzgado de Instrucción Uno de Eldorado, basándose en información recopilada por las divisiones de Homicidios e Investigaciones de la UR III.

El detenido fue identificado como Miguel B. (34), demás datos permanecen en reserva para no entorpecer la investigación, pero se supo que es un individuo con antecedentes delictivos que se sospecha actuó como entregador.

Este habría realizado tareas de inteligencia en el Aeroclub, donde también funciona el destacamento de Infantería de la Policía, y entregado la información a una banda que planeaba presuntamente robar una avioneta.

Durante el operativo, se incautaron teléfonos celulares que serán analizados por la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (Saic).

La investigación también expuso graves fallas de seguridad en el destacamento policial, pues Miñarro estaba solo cuando debería haber contado con más apoyo, y las instalaciones carecían de cámaras de seguridad.

Además, se descubrió la desaparición de un arsenal del destacamento, incluyendo fusiles, subfusiles, escopetas y pistolas.

Tras los sucesos, el jefe de Policía, Comisario Mayor Sandro Martínez, removió de su cargo al comisario Ricardo Andrés Arrúa, jefe de la División de Infantería y superior directo de Miñarro.

Las circunstancias en las que fue encontrado el cuerpo de Mauricio también generan interrogantes. Estaba desarmado, vistiendo shorts y ojotas, como si lo hubieran sorprendido mientras descansaba.

SOSPECHAS DE LA FAMILIA

“Él nunca se iba a dejar sorprender así nomás. Era instructor de tiro, sabía manejar armas mejor que nadie. Para que lo mataran de esa forma, tuvo que ser alguien de confianza”, sostuvo Ana.

Ana recordó que su hermano había solicitado el traslado desde Puerto Iguazú porque no quería ser parte de hechos de corrupción. “Mauricio no se callaba. Si veía algo mal, lo denunciaba. Estoy segura de que esto tiene que ver con algo que él descubrió y que incomodaba a sus superiores. Era un policía ejemplar, y no iba a mirar para otro lado”, dijo.

La hermana también cuestionó la actitud del subcomisario Cristian Arrúa, último superior de Miñarro, quien fue la última persona en compartir una cena con él antes del crimen. Según la autopsia, Mauricio tenía vestigios de arroz y porotos en el estómago, contradiciendo la declaración de Arrúa, quien afirmó que habían comido milanesas. “Es todo muy raro. ¿Por qué mentiría sobre algo tan simple? Algo no cierra”, señaló Ana.

Mauricio Miñarro era conocido por su dedicación y su amor a la familia. Según Ana, era “el alma de los cumpleaños y reuniones familiares” y siempre estaba dispuesto a ayudar. “Él no tenía deudas ni problemas con nadie. Siempre se manejó con honestidad. Quieren manchar su nombre, pero nosotros no lo vamos a permitir”, expresó con lágrimas en los ojos.

La familia, acompañada por un abogado, promete seguir adelante hasta que el caso se esclarezca. “No confiamos en la jueza ni en la investigación. No nos quieren recibir ni explicarnos nada. Mi hermano merece justicia, y no vamos a parar hasta que se sepa la verdad”, aseguró Ana.

El peso del silencio

El caso Miñarro ha conmocionado a Eldorado y a la provincia de Misiones. Mientras las autoridades intentan avanzar en la investigación, las denuncias de irregularidades y encubrimiento no hacen más que aumentar la presión sobre las fuerzas de seguridad locales.

Para la familia Miñarro, el dolor de la pérdida se mezcla con la frustración de la impunidad. “Mauricio no merecía esto. No vamos a descansar hasta que se haga justicia”, concluyó Ana, prometiendo que la lucha por la memoria de su hermano continuará hasta las últimas consecuencias.

Fuente: Misiones On Line

 

Déjanos tu comentario