El resultado del desmanejo político que derivó en la Crisis del 2001 dejo huellas de injusticia también en los trabajadores policiales argentinos. Este caso es emblemático y el camarada lleva 23 años de padecimiento de una justicia amañada y un poder político corrupto.
LA VERDAD QUE NINGÚN MEDIO QUIERE CRONICAR, POR QUE NO QUIEREN QUE SE SEPA –PRIMERA PARTE-
Del hecho del que estamos hablando, ocurrió el 20/12/2001, cuando se produjeron los saqueos a los supermercados, fecha en la cual nuestro país se encontraba bajo “Estado de Sitio”, establecido por el ex Presidente Dr. Fernando de la Rúa. En Córdoba gobernaba el Dr. José Manuel De la Sota, quien SI adhirió a la medida presidencial.
Un saqueo en particular, se produjo ese 20 de diciembre, en Villa 9 de Julio del B° de Arguello en la ciudad de córdoba, donde funcionaba el Supermercado Minisol, ubicado sobre la calle Piedra Labrada al 8.800 aproximadamente.
Horas antes de que esto sucediera, a ese lugar, fueron enviados Canovas junto a otro policía, para custodiar el frente del supermercado, acudieron allí, sin medio de locomoción, munidos con escopetas, pero sin ningún tipo de cartuchos, sin chalecos antibalas, ni Handy, ni celulares, con la finalidad de evitar que ese negocio fuera saqueado.
Durante la consigna ordenada, la gente comenzó a aglomerarse, sobre la arteria y veredas de la calle Piedra Labrada y en la esquina de esta con Túpac Yupanqui, llegó hasta el lugar, un móvil de control, y al ver que la situación los sobrepasaba, a través de la radio policial, se solicitó urgente refuerzo, inmediatamente, llegaron más efectivos de la Patrulla Preventiva, se hicieron presentes los jefes policiales y se repartieron cartuchos, a todos los policías, en el lugar, incluido a Canovas, quien recibió tres cartuchos de tipo AT (con postas de goma).
Minutos después llegó el Crio. Insp. Luís Omar Farías, quien, por ser el Oficial con mayor Jerarquía, quedó al mando de toda la fuerza policial presente, incluida la Guardia de Infantería, al advertir la presencia de la Guardia de Infantería, la multitud (entre 150 a 200 personas), se enardeció, y comenzó a tirar piedras contra los policías.
Ante esta situación, el Jefe del operativo, ordenó a los aproximadamente 65 Policías presentes, “avanzar” y posteriormente “reprimir”, operación que se hizo en sentido de Este a Oeste, en ese momento, es que un grupo de policías, entre los que estaba, Hugo Cánovas Badra, procedieron a detener a unos sujetos que tiraban piedras y que estaban ubicados en la vereda del frente del supermercado, justo donde funcionaba una remisería, Canovas corrió tras uno de ellos, que se metió adentro de una casa al lado de la remisería; este sujeto llamado MARIO SERGIO LEDESMA, ofreció férrea resistencia a la aprehensión; Cánovas Badra lo redujo, lo sacó desde adentro de la casa hasta a calle, y lo llevó esposado, caminando, en sentido Oeste – Este hasta los móviles policiales distantes entre 60 a 100 metros del lugar. Mientras esto acontecía, de manera simultánea, el resto de los policías, continuaba reprimiendo a la muchedumbre, hacia la esquina de la calle Túpac Yupanqui.
Cuando Cánovas dejó al detenido Ledesma en uno de los móviles, y regresó al sitio donde había hecho la aprehensión, los disparos, ya habían cesado, y en la esquina de Piedra Labrada y Túpac Yupanqui, quedo tirado sobre la vereda, el cuerpo sin vida de David Moreno, en sentido Noreste-Suroeste, y fueron heridos Juan Marcelo Fregenal, Luciana Parra y Daniel Fosarelli, este último, recibió un proyectil de adelante hacia atrás, en su hombro izquierdo, cuando estaba aproximadamente a 40 metros hacia el sur por la calle Túpac Yupanqui, todo este proceso disuasorio contra la gente que apedreaba a la policía, duró dos minutos, a partir de entonces, todo fue un caos; se levantó el cuerpo del menor fallecido, para trasladarlo a un Dispensario de la zona, mientras que a los heridos los llevaron al Hospital de Urgencias.
TODO MAL HECHO, PARA CUBRIR A UN JEFE QUE FUE EL ASESINO
No se preservó la escena de los hechos, se levantaron todas las vainas servidas de los cartuchos, Los Jefes abandonaron rápidamente el lugar, y el sitio fue deliberadamente alterado, las escopetas, no tienen estrías en la parte interna de sus caños (ánima), y al desaparecer las vainas servidas de los cartuchos, no había manera de determinar, cuál fue la escopeta que disparó con postas de plomo; además, tampoco ordenaron el secuestro de las escopetas.
Desde el inicio de la investigación por parte de la Justicia, se advierten muchas inexactitudes e irregularidades. Ejemplo de ello, se puede observar en las notables diferencias entre el Informe del Médico de Policía Judicial que retiró el cadáver del Dispensario 33 el 20/12/2001 y el Protocolo de Autopsia que se le hizo a David Moreno el 21/12/2001.
El Médico de Policía Judicial describió que el menor recibió cuatro disparos de adelante hacia atrás y uno (el mortal) de atrás hacia adelante (fs. 89 del Cuerpo 1), mientras que los médicos forenses que hicieron la Autopsia, concluyeron que los cinco disparos que recibió el joven en su cuerpo, todos tuvieron una trayectoria intracorporal de izquierda a derecha, de atrás hacia adelante y de arriba hacia abajo (fs. 195 del Cuerpo 1 del Expte). Las “rectificaciones” de estos gruesos y llamativos errores médicos, comenzaron a darse recién en el año 2005, a través de las fotografías tomadas el 20/12/2001, recién en el año 2003, dos años después del trágico hecho, el Fiscal ordenó una Pericia Balística, de dudosa elaboración e idoneidad técnica, sin Perito de parte, la cual concluyó en base a un disparo que se realizó en una mora (árbol) frente a la remisería, que Hugo Cánovas había asesinado a David Moreno, y había herido a las otras personas, sin investigar a ninguno de los otros 65 policías que participaron en el hecho, y de esa forma, el Fiscal, ordenó la primera detención de Cánovas Badra, el 06/10/2003.
PRESO POLÍTICO DE GOBIERNOS CORRUPTOS
El Fiscal lo acusó de haber disparado cuatro cartuchos de plomo (PG), y ser el autor del asesinato y lesiones graves y gravísimas de esas víctimas, mientras el Dermotest le dio negativo.
En el mes de noviembre del 2003, el Fiscal, elevó la causa a Juicio, y el Abogado Defensor se opuso a esa medida, ante esto, la Cámara 6° del Crimen que actuó como Cámara de Apelación, consideró todas estas anomalías y estableció que en la etapa instructoria, la Fiscalía, había cometido muchas irregularidades, como que un unívoco dato, esa pericia balística, resultara tan determinante para incriminar a un único policía. El Fiscal tampoco investigó la desaparición de Libros y de Actas y prendas de vestir del fallecido y la mujer lesionada; la presencia de testimonios falaces y posibles hechos ilícitos, etc. Por lo que ordenó la inmediata libertad de Hugo Cánovas Badra el 15/06/2004 y que se continuara con la investigación, incluyendo a la cúpula policial y su dependencia política.
Otro Fiscal se hizo cargo de la causa, pero lejos de seguir las líneas de investigación ordenada por la Cámara de Apelación, el único policía que siguió siendo objeto de análisis por parte de la Fiscalía, fue Hugo Cánovas Badra, sólo a él se le pidió Pericia Psicológica y Psiquiátrica y un estudio Neurológico; todos esos estudios dieron resultados normales. Pero, nunca consideraron, que Cánovas Badra, no estuvo sólo en el lugar. Fueron 65 los policías presentes, en el año 2005, la Fiscalía ordenó una nueva Pericia Balística, pero esta vez, la defensa de Cánovas Badra puso un Perito de control o de parte, esta segunda pericia, se basó solo en estudiar la Pericia Balística que se había realizado en la del año 2003; y aunque estableció resultados diametralmente opuestos a la primera, concluyó “forzadamente” como la inicial, salvo, que Cánovas, ya no era el autor de disparar cuatro cartuchos de plomo, sino sólo dos, pero, con el mismo resultado sobre las personas. El Perito de parte, firmó en disidencia, y presentó su trabajo 48 hs después, pero, la Fiscalía de Instrucción, no la incorporó al expediente, sino que la “guardó” muy celosa y convenientemente en una Caja Fuerte.
En virtud de esta segunda Pericia Balística oficial, el 03/08/2007, fue nuevamente detenido Hugo Cánovas Badra, con la misma imputación, pero sucedió algo bochornoso. En la imputación se lee: que el Primer disparo con postas de plomo, lo hizo un integrante de la fuerza policial que aún no ha podido ser individualizado, seguidamente, sin poder individualizar quien lo habría efectuado, pero desde el mismo sector, se hizo el segundo disparo con postas de plomo.
Seguidamente, el imputado Hugo Cánovas, conociendo que su escopeta estaba cargada con cartuchos PG (nunca explicaron de dónde sacaron esa afirmación), continuó avanzando y al llegar a la altura del Pilar de luz, habría efectuado un disparo con PG en dirección y a la altura de las personas que intentaban alejarse corriendo del lugar (entre ellos Moreno, Fregenal y Parra), que del total de su carga de nueve (9) postas, dos (2) postas impactaron el Juan M. Fregenal; dos (2) postas impactaron en Luciana Parra y dos (2) postas en el menor David Moreno, ubicado por delante de los anteriores, una de ellas en el cráneo y la otra en codo izquierdo. Encontrándose todos los nombrados de espalda y a una distancia de entre 25 a 30m del tirador.
Seguidamente, Rubén D. Fosarelli, se dirigió a auxiliar a Parra, momento en que personal policial que no ha podido ser individualizado, efectuó otro disparo con cartucho tipo PG impactando una posta en región anterior de su hombro izquierdo
Conclusión: hubo tres policías que tiraron con cartuchos de plomo, que no fueron individualizados, o no los quisieron individualizar; pero de manera antojadiza y conjetural, decidieron que Hugo Cánovas DEBÍA SER el autor de esos hechos, pese a que estuvo en ese momento, adentro de una casa, deteniendo a otro de los revoltosos.
Recién el 31/07/2008, el Fiscal ordenó la Reconstrucción de los hechos, porque quería elevar la causa a Juicio, y eso era lo que le faltaba para poder hacerlo, la tarde en que se reconstruyó el hecho, no se le permitió a la defensa filmar completo el Acto Procesal, ni la presencia de un Escribano Público que diera Fe de todos los hechos. El Fiscal nos aseguró, que Policía Judicial se encargaría de los registros fílmicos y fotográficos. Pero nos mintió, ya que la filmación de Policía Judicial no está completa; no comenzaron a filmar desde el minuto cero hasta el final, como lo establece el protocolo, -los videos presentan frecuentes y muy sugestivos saltos horarios-.
Las Actas de la Reconstrucción del Hecho ocurrida el 31/07/2008, fueron transcripta por computadora, mientras que las Actas manuscritas elaboradas durante el acto procesal, desaparecieron. Esto último, fue corroborado a solicitud de la defensa con Acta realizada por Escribano Público e incorporada al expediente. Además, si se pretende seguir cronológicamente lo que dice el Acta transcripta, con lo que sucede en el video de Policía Judicial, no coinciden.
Durante la reconstrucción, apareció en escena Mario Sergio Ledesma, (el hombre que fue detenido por Hugo Cánovas Badra durante el hecho); el Fiscal le ordenó retirarse del lugar, aduciendo que ya estaba detenido, a lo que Ledesma le respondió que él (señalando a Cánovas) lo había sacado detenido de adentro de la casa.
Este hecho, que debió ser reconstruido por el Fiscal, con el fin de tomar el tiempo que le insumió al imputado, correr detrás de Ledesma, dispararle, entrar adentro de la vivienda, sacarlo detenido y llevarlo hasta el móvil policial, NO LO CONSIDERÓ IMPORTANTE, porque de haberlo hecho, lo tenía que sobreseer y se quedaba sin imputado.
El Fiscal cometió muchas trapisondas durante la Reconstrucción, pero la peor de todas fue, la de suprimir evidencias históricas, recogidas el mismo día del hecho, el 20/12/2001. Ese día el Equipo de Policía Judicial, llegó al lugar del suceso, en que se habían disparado armas de fuego, y donde hubo una persona fallecida, sin la presencia de un Perito Balístico; es por ello, que tanto las fotografías, como la Planimetría con mediciones realizadas por Policía Judicial, más el video filmado por el Canal 12 de Córdoba, dan cuenta, del lugar donde estuvieron las manchas lacunares de sangre, donde cayó efectivamente el occiso.
Fuente: Cordobazo Azul
FA24