El operativo realizado en Villa Gobernador Gálvez, donde se secuestraron 60 toneladas de maíz robadas de un tren de carga, puso en evidencia una trama delictiva mucho más compleja de lo que se presume a primera vista.
De acuerdo a nuestras fuentes, esta misma banda tendría conexiones con otros ilícitos que se registran a diario sobre la avenida de Circunvalación, a la altura de Avellaneda, donde grupos organizados interceptan cargamentos de cereal con aceitada logística. El modus operandi revela un circuito aceitado de robo y comercialización ilegal, que no podría sostenerse sin contactos internos y cobertura institucional.
Lo más preocupante: en escuchas telefónicas judicializadas aparecen mencionados efectivos policiales que, lejos de combatir este tipo de delitos, habrían brindado apoyo o información clave para su ejecución. El dato confirma lo que venimos advirtiendo desde hace tiempo: la existencia de una red mixta en la que confluyen delincuentes comunes, intermediarios privados y sectores de las fuerzas de seguridad.
El hallazgo en Villa Gobernador Gálvez no es un hecho aislado, sino la punta de un iceberg que conecta robos millonarios, connivencia policial y una economía paralela que se nutre del saqueo a los trenes de carga. Una trama que erosiona la seguridad pública y desnuda, una vez más, las zonas grises donde el delito y el Estado se cruzan peligrosamente.
FA24